¡Que levante la mano aquel que nunca haya probado un brownie o que no le guste!
Que levante la mano aquel que nunca haya probado un brownie o que no le guste! Me atrevería a decir que pocos la habéis levantado hasta sin veros… y es que esa masa jugosa por dentro y ligeramente crujiente por fuera resulta francamente irresistible sobre todo para los fanáticos del chocolate.
El brownie – literalmente ‘marroncito’ por su color – es un postre nacido en Estados Unidos que data de la década de 1890. Hay unas cuantas teorías sobre su origen, incluso una de ellas apunta a que de inicio no llevaba chocolate, pero la historia más simpática sobre su creación cuenta que gracias a un maravilloso descuido de un cocinero, que olvidó poner levadura en la receta de su bizcocho de chocolate, surgió este bizcocho de poca altura que queda ligeramente húmedo y ‘pegajoso’ en el centro. Esta cualidad precisamente es uno de sus grandes atributos, que le otorgan un sabor más intenso y esa melosidad en la boca que contrasta con el crujiente de las nueces de su interior.
Si tienes un poco de helado en casa, y si es de vainilla mejor que mejor, te recomendamos que introduzcas el brownie unos segundos (con 30 será suficiente) en el microondas y después le pones la bolita de helado encima para que se derrita un pelín… La combinación es realmente sublime.
INGREDIENTES: Huevos (HUEVOS), azúcar moreno, mantequilla (LÁCTEOS), chocolate (SOJA) (18%), nueces (FRUTOS CON CÁSCARA), harina de trigo (GLUTEN), cacao en polvo, sal, esencia de vainilla.
PESO: 90 g
